El clorador en la célula hace la electrólisis, que es el proceso que transforma, a través de la electricidad, la sal común disuelta en el agua en un desinfectante activo y potente: o dicho de otro modo, la electrólisis descompone la sal y extrae el cloro para la piscina.
La cloración salina es un proceso que consiste en introducir sal a la piscina y que esta sea la encargada de conmenzar el proceso de limpieza. Una vez que la sal es introducida en el agua y se disuelve, esta circula a través de un circuito de depuración que termina en el clorador salido.
Reemplazo de la célula: las células del clorador salino tienen una vida útil limitada y eventualmente necesitarán ser reemplazadas. La duración de la célula depende del uso y la calidad del agua, pero generalmente dura entre 3 y 7 años.